Deberías saber que he perdido mi alma. Doblé la esquina y ya no estaba, pero no lo descubrí hasta que giré y mi sombra había desaparecido. Busqué respuesta en el reflejo de los escaparates, entre las grietas de la calle, los brillos de las paredes de piedra y en la indiferencia del paso de la gente. No la obtuve de nada ni de nadie y, a cada paso, quizá perdía un poco más el rumbo o encontraba algo que me ayudaba a resolver el misterio, la razón de la ausencia de lo que era mío hacía nada. Intenté pasar desapercibido, pero las miradas y gestos descubrían mi presencia. ¿Por qué no soy capaz de correr? ¿Por qué todo resulta tan sumamente cansado y lento? La ausencia de aquello que era parte de mí no me hace perder ni ganar, pero deja un vacío, deja un espacio infinito, inerte, sin vida. Deberías saber que he perdido mi alma.
Alejandro Guillán
27 Infinitos