El perro que ladra a la luna sin parar. El camión que recoge la basura, sus luces. Uno que corre a su ritmo, cuesta respirar. El sonido de los árboles, los olores dulces. La luz amarilla de las farolas inquietas. Una noche que pasa acelerando, deprisa. Una pareja que habla con palabras sinceras. La delicada oscuridad en que dar una caricia. Son escenas que ocurren de noche, bajo la luz de la luna, tranquilas. Son las vidas que existen sin nombres. Entre sombras, corre fuerte la brisa. Un escaparate en mil pedazos, la alarma suena. Un contenedor se quema oliendo a gasolina. Una pareja discute, una puerta se cierra. La mujer de la limpieza está harta de su vida. Manos, patadas, gritos al pobre que duerme. La policía persigue un coche a la caza. Una chica que vuelve a casa otra vez sin suerte. El chico que pierde su rumbo por nada. Son escenas que ocurren de noche, bajo la luz de la luna, tranquilas. Son las vidas que existen sin nombres. Entre sombras, corre fuerte la brisa. Esto y mucho más ocurre cada noche en una ciudad, un barrio, frente a ti. Son vidas que nadie ve, que se esconden. Se repiten una y otra vez. Todo seguirá así. Son escenas que ocurren de noche, bajo la luz de la luna, tranquilas. Son las vidas que existen sin nombres. Entre sombras, corre fuerte la brisa.
Abrazos literarios.
Alejandro Guillán
27 Infinitos